En los últimos meses, el comercio internacional ha vuelto a mostrar su carácter volátil y profundamente interconectado. La reciente distensión entre Estados Unidos y China generó un fenómeno inesperado: el aumento acelerado del costo del flete marítimo a nivel global. Para quienes trabajamos diariamente en comercio exterior, estos cambios no son solo una variable más del contexto, sino un factor clave que impacta directamente en la competitividad y planificación de cada operación.
Desde mediados de mayo, la reconfiguración de las rutas y prioridades logísticas hacia el mercado estadounidense ha reducido significativamente la disponibilidad de buques con destino a otras regiones, incluida Sudamérica. Esta situación disparó los costos: en Argentina, el valor del flete marítimo para un contenedor de 40 pies desde China pasó de USD 1.500 a más de USD 7.000 en apenas semanas. Y si bien en este momento empezaron a ceder los valores, viendo una baja a usd 5.500, lo que suceda las proximas semanas es todavia incierto.
Este aumento responde a una combinación de factores: la urgencia de los exportadores asiáticos por ingresar mercadería a EE.UU. antes de la implementación de nuevos aranceles, la concentración operativa de las principales navieras en rutas más rentables, y una reducción estructural en la frecuencia de recaladas en puertos argentinos, que ya venía gestándose desde hace tiempo.
Cómo afecta esto a las empresas argentinas
Para las compañías importadoras, este contexto representa un desafío doble. Por un lado, incrementa los costos logísticos directos; por otro, obliga a repensar la estructura de precios y márgenes ante un mercado interno con poco espacio para trasladar aumentos.
Además, las demoras en la disponibilidad de lugares libres generan una tensión adicional en las cadenas de suministro, afectando la previsibilidad en tiempos de entrega y obligando a tomar decisiones con mayor antelación.
Anticipación, planificación y experiencia: tres claves para navegar este escenario
Desde NIP Cargo, acompañamos a nuestros clientes a atravesar este tipo de escenarios con una consigna clara: la logística no es solo una cuestión operativa, sino estratégica. En momentos como estos, contar con un operador que combine agilidad, experiencia y presencia en los principales puntos del circuito internacional marca una diferencia sustancial.
¿Qué recomendamos en este contexto?
- Planificar embarques con mayor anticipación. La disponibilidad de espacio es limitada y los tiempos de reacción de las navieras, más exigentes.
- Revisar contratos logísticos y condiciones de compra internacional (INCOTERMS) para evaluar alternativas que minimicen riesgos y costos.
- Diversificar orígenes y rutas cuando sea posible, identificando opciones logísticas más eficientes.
- Trabajar con un agente de carga confiable y con capacidad de respuesta, que gestione con criterio y tenga acceso directo a las principales navieras.
Entender que los costos logísticos no son una variable aislada, sino parte integral de la competitividad de cualquier operación internacional, es el primer paso para tomar mejores decisiones en un mercado desafiante.
Anticiparse, adaptarse y contar con información confiable son hoy, más que nunca, condiciones necesarias para gestionar el comercio exterior con eficiencia y previsibilidad. En este escenario, la planificación estratégica y el trabajo con socios logísticos de confianza se transforman en una herramienta clave para minimizar riesgos y sostener la competitividad, incluso en contextos de alta volatilidad.
Porque, si algo ha dejado en claro el actual mapa global, es que en logística, la improvisación no es una opción.
En NIP Cargo, acompañamos a nuestros clientes con información actualizada, asesoramiento y soluciones a medida para que puedan enfrentar los desafíos del comercio internacional con mayor previsibilidad y confianza. Contactanos para más información.
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